Recuerdos imborrables para añorar

Este ha sido nuestro penúltimo día en el Psicopedagógico y nuestra mochila está ya repleta de vivencias y recuerdos maravillosos.  Seguimos colaborando en las tareas y clases diarias del centro, algunos de los chicos salen fuera a otros centros externos y son acompañados por personal y por algunos de nosotros.  Es el caso de los chicos que aparecen en la foto y que en ese momento estaban ensayando para la entrada de la Virgen que tendrá lugar a mitad del mes de Agosto.

Por la tarde hemos podido visitar el Hogar la Yedra, un centro de los Hermanos de San Juan de Dio que actualmente esta gestionado por las Hermans de la Consolación y en el cual se acogen chicos desde 5 hasta 18 años.  La hermana Paqui de Sant Boi (Barcelona) nos ha hecho un recorrido por el centro y de nuevo ha sido para nosotros una experiencia entrañable el poder contemplar como hay recursos que promueven y cuidan a estos niños.

Enseguida se nos han acercado y hemos podido compartir un rato con los chicos que estaban en ese momento en el centro.  Ha sido maravilloso.

Por último, como ya estamos cerrando nuestra etapa por Sucre, hemos querido tener un detalle con algunos de las personas que han formado parte de nosotros durante este tiempo: Gustavo, Marta, Juan, Verónica, el Hno. Edgar, El Hno. Sebastián…. así que hemos salido a cenar juntos para agradecerles tantos pequeños detalles que durante este tiempo han tenido con nosotros.  Somos conscientes que durante este tiempo en Sucre estamos recibiendo mucho más de lo que podemos dar y que la Hospitalidad de San Juan de Dios esta viva y palpable en cada uno de ellos.

LA CAPACHA QUE NUNCA SE VACÍA

Hoy nos hemos levantado con mucha ilusión de ver el ambiente que había en el albergue, porque todos los jueves y sábados se organiza en el centro un mercadillo donde se vende ropa, y la cocina se encarga de preparar desayunos muy ricos y baratos para la gente que viene a comprar. El albergue a las ocho de la mañana estaba lleno de gente para coger turno para el mercadillo y el economato.

La idea del economato nació porque es tal el volumen de comida donada al albergue que se pensó que se podría vender a las personas que no tienen las necesidades básicas cubiertas. Con ello se pretende que las personas con recursos limitados, sepan valorar el esfuerzo de otras personas que quieren ayudarles para promocionarles y no caigan en la dependencia. El encargado del economato es Jesús (postulante) que ha contratado como pinche a Manuel que se encargará del economato cuando éste se vaya de vacaciones.

En el economato ayudan los albergados internos. Uno de los productos que más se pide son las salchichas que vienen en cajas mezcladas con botones (chorizo y morcilla), mortadela, jamón y costillas y que se clasifica por género y se desechan las partidas que no valen. Se venden en lotes de dos libras.

Este momento de clasificar y pesar el género lo aprovechamos para hablar con los albergados de cómo se ganan la vida y en la que ellos también nos hacen muchas preguntas sobre España. La venta empieza puntualmente, Jesús y Manuel se ponen a despachar, dar a cada uno lo que necesiten siempre y cuando la mercancía donada lo permita. Otro de los alimentos que más solicitan es una coladita (agua caliente aromatizada) y una pasta (dulce) para retirarse a descansar.


Al igual que Juan de Dios llenaba su capacha de todo tipo de alimentos, nuestro economato se llena con la caridad del pueblo quiteño para llegar a los más desfavorecidos.

Una ilusión, un camino: SUCRE

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El gran día ha llegado